lunes, 19 de noviembre de 2007

DORMIR EN UNA CÁMARA DE HIPOXIA PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO FÍSICO

Raúl duerme en una habitación secreta para mejorar su rendimiento.

La aparición de Raúl en el fútbol de elite (29 de octubre de 1994) cuando su cuerpo aún no estaba formado para la alta competición le ocasionó un contratiempo. Temporada tras temporada, a pleno rendimiento en el Real Madrid y en la selección española, no encontró un amplio hueco para moldear los músculos. Nunca dio la espalda a la competición aunque no estuviese en las mejores condiciones físicas. Tenía que parar y descansar, pero él hacía oídos sordos. Hasta que sufrió una grave lesión de rodilla a finales del 2005, con un parón de seis meses.
Este periodo le sirvió para pasar por el «taller» con el objetivo de adaptar su machacado cuerpo cargado de kilómetros y golpes al paso de la edad y a las nuevas necesidades. De la mano de su fisioterapeuta y amigo personal, Pedro Chueca, y apoyado por toda la estructura médica del Real Madrid inició un viaje por el camino de la ciencia en búsqueda de la pócima mágica de la eterna juventud.
Se metió en el gimnasio, cogió volumen en las piernas, fortaleció los cuádriceps, aumentó ligeramente el tren superior... «Ahora las piernas que tengo no parecen mías. Las he potenciado tanto que ni yo mismo creo que sean mías», precisó en una entrevista a ABC después de la lesión.


Búsqueda de la eterna juventud.
Se cuida al milímetro, hasta el punto de convertirse en un obseso de la comida, de las horas de descanso en mitad del día, del sueño, de su estado físico en definitiva. Mente, cuerpo y espíritu. Aumentó las horas en la camilla en manos de los fisioterapeutas, se ejercitó en la nieve, comprobó los beneficios con agua a punto de congelarse... Se entregó a la ciencia más vanguardista para encontrar una fórmula que le permitiese combinar su edad (en el tramo de los treinta) con la alta competición. En su búsqueda de la excelencia, de la eterna juventud, sin rebasar los límites de la legalidad, pisó los terrenos de la física. El último grito era las cámaras de hipoxia. La vida figurada en altura. Como los ciclistas. Primero con una simple mascarilla, luego con las tiendas transportables y así hasta el último grito, una habitación blindada.
Muchos aficionados y profesionales se preguntan cómo es posible que en las dos últimas temporadas Raúl engulla tantos kilómetros sin parar a repostar.
No estamos hablando de una aplicación nueva en el ámbito del deporte. El empleo de la altitud como herramienta de entrenamiento arrancó en los años sesenta. Se comprobó que en altura el rendimiento físico era mucho mayor, pero que de modo natural sólo se podía hacer en determinados puntos y en cortos espacios de tiempo, con el correspondiente periodo de adaptación. En realidad fue tras los Juegos Olímpicos de México 1964, en los que se «empeoró» en la mayoría de las especialidades por efecto de la altura (México DF está a 2.300 metros), aunque algunas mejoraron -como el famoso récord de Beamon en salto de longitud-.

Vivir arriba y entrenarse abajo.
Lo curioso fue que luego, al volver al nivel del mar, muchos atletas mejoraron sus marcas. Ahí empieza la historia. Desde entonces se ha trabajado mucho en encontrar fórmulas más «aplicables» y sencillas y tomó gran popularidad la técnica denominada LHTL («living high training low», vivir arriba y entrenarse abajo), ya que entrenarse en altura exige muchos ajustes de las cargas de trabajo que son realmente complejos. En este grupo se incluye la hipoxia normobárica domiciliaria, que son los apartamentos que utilizan dilución de nitrógeno o las tiendas que empobrecen de oxígeno el aire.
Conocidas las ventajas lo idóneo era encontrar una fórmula que permitiese combinar las ventajas de la altitud con el trabajo en el hábitat natural del deportista.
En la montaña, ambientes en los que hay menos disponibilidad de oxígeno en el aire, el cuerpo pone en funcionamientos varios mecanismos que potencian el rendimiento aeróbico. Para las especialidades de resistencia, como pueden ser el ciclismo, el atletismo o el fútbol, eleva el hematocrito y la concentración de hemoglobina aporta ventajas inmediatas, además de otras añadidas no relacionadas con los cambios hematológicos. En definitiva, se optimizaba el entrenamiento y se mejoraba en rendimiento físico.
¿Y cómo se podía crear ese escenario artificial? Muchos fueron los estudios y al final triunfó la fórmula de las cámaras y de las tiendas portátiles, modelos que han sido mejorados hasta lograr aislar y blindar una habitación completa sin la necesidad de los molestos plásticos. Una técnica muy lograda por la empresa especializada Colorado Altitude Training (en su página web se pueden encontrar varios modelos, desde los más sencillos o lo más sofisticados).
La hoja de ruta es sencilla. Lo ideal era descansar en altura y entrenarse en el hábitat cotidiano. Primero había que crear ese espacio ficticio -simular una estancia como si se estuviese a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar- y permanecer entre seis y ocho horas para que el organismo se vaya adaptando a las nuevas condiciones.

Nunca a más de 3.000 metros.
En esa situación el cuerpo nota que hay menos concentración de oxígeno, motivada por una mezcla de nitrógeno artificial, y se estimula la multiplicación de glóbulos rojos. Se mejora la capacidad de transmitir oxígeno a los músculos, se retrasa la aparición de la fatiga y se optimiza la capacidad de recuperación en el deportista. No eleva la hemoglobina a límites preo-cupantes para la salud y mantiene el estímulo del cuerpo en los momentos físicos más delicados.
En la montaña el porcentaje de oxígeno en el aire es siempre el mismo pese a que aumente la altitud. Es del 21 por ciento y la sensación de ahogo que aparece en el deportista es debido a la menor presión.

Efectos secundario en el sueño.
Simplemente consiste en empobrecer el aire que se respira durante el sueño, evitando el aumento de la presión y rebajando dicho porcentaje. Existen unas tablas para ajustar dicho porcentaje en función de la altitud que deseemos simular. Lo aconsejable para un futbolista sería no rebasar la frontera del dieciséis por ciento ni tampoco la de los 3.000 metros de altitud. Y siempre bajo el control de un médico deportivo especialista.
Este tipo de tratamientos puede ocasionar efectos secundarios. Sobre todo en lo que se refiere a la alteración del sueño. Pero pueden ser controlados y revertidos, por lo que no es peligroso para la salud. Esta es la razón principal por la que la AMA (Agencia Mundial Antidopaje) no acabó prohibiéndolos hace un par de años, ya que a ellos les preocupaba que los deportistas que usaban sustancias dopantes y peligrosas como la EPO utilizaran también estos métodos para «justificar» sus mejoras y «enmascarar» el uso fraudulento de sustancias.
Esta técnica no es nueva en el mundo del fútbol. El técnico serbio Radomir Antic, cuando dirigió al Atlético de Madrid en la etapa gloriosa del doblete, aprovechaba los descansos de los partidos para oxigenar a los jugadores con un método rudimentario (una bombona y una mascarilla). Sin embargo la fórmula de las cámaras es más compleja para su aplicación diaria.

Complicado para los clubes.
Los grandes gurús de estas materias han intentando implantar los modelos más modernos en los clubes, pero han encontrado muchas trabas. Hace un tiempo el propio Real Madrid sopesó esta posibilidad, pero la descartó porque es costosísima y no la sacaría rendimiento por la complejidad de las agendas (muchos viajes) y porque los jugadores apenas pasan tres horas diarias en los centros de entrenamiento.

(Fuente: Julián Ávila. Madrid).

NORMAS PARA REALIZAR EJERCICIO FISICO PARA DIABÉTICOS

Normas de seguridad y consejos para la práctica de ejercicio físico en personas con diabetes.

El Ejercicio Físico se considera uno de los cinco apartados en que se divide el tratamiento correcto de la diabetes, y su práctica, de forma regular, ayuda a controlar las cifras de glucosa en la sangre. De tal forma que adquiere una trascendencia, dentro del tratamiento, incluso mayor que la propia medicación; ya que se considera que en un buen número de diabéticos tipo 2, sobre todo con exceso de peso, se podría controlar la diabetes mediante una adecuada alimentación y un adecuado programa de ejercicio físico, o, al menos, podrían verse reducidas, de forma considerable, las dosis de medicación necesaria para el control de la diabetes. Debido a los beneficios que el ejercicio físico reporta, se ha recomendado su práctica y realización, de forma regular, a todos los diabéticos. Ya que, en las personas con diabetes, a los beneficios que conlleva la práctica de ejercicio para cualquier persona no diabética, se añaden otros en relación al tratamiento y control de la diabetes.

El ejercicio físico es para todos y puede adaptarse a las disponibilidades, gustos y aptitudes de cada uno. Ahora bien, muchas personas que deciden realizar ejercicio físico, se lanzan irreflexivamente a la acción, sin tener en cuenta que el ejercicio físico también conlleva unos riesgos, aunque mínimos en comparación con los beneficios que de él se pueden obtener. Un conocimiento, aunque sea elemental, sobre el comportamiento del organismo en reposo y durante el esfuerzo, la actividad más aconsejable, conocer los riesgos del ejercicio físico y cómo evitarlos y tratarlos, ayudarán a la consecución de óptimos resultados.

Para evitar esos posibles riesgos, o disminuirlos a su mínima expresión, se exponen una serie de pautas, algunas de las cuales seguro que ya las conocen y les han sido comentadas en detalle, encaminadas a evitar los riesgos derivados del ejercicio físico, que deben ser aconsejadas y tenidas en cuenta por todos los diabéticos:

- Es preferible hacer el ejercicio físico acompañado de alguna persona que conozca la condición de diabético, y que sepa como actuar ante el caso de una hipoglucemia.

- Llevar siempre azúcar cuando se vaya a practicar ejercicio físico, así como suplementos de hidratos de carbono (zumos, galletas, caramelos) que será necesario tomar durante el ejercicio si éste dura más de una hora.

- Efectuar autoanálisis antes, durante y varias horas después del ejercicio, sobre todo si el ejercicio es imprevisto, intenso y no habitual.

- Realizar una ingesta abundante de líquidos (agua) y evitar la práctica de ejercicio, en los días muy calurosos, durante las horas de máxima temperatura, por el peligro de deshidratación.

- Inyectar la insulina en la zona más "pasiva" durante el ejercicio (acostumbra a ser el abdomen), y evitar el ejercicio durante la fase de máxima acción.

- Si el ejercicio forma parte de un programa habitual, y es regular, no son necesarios cambios en la dosis de insulina o de antidiabéticos orales.

- Extremar las precauciones y los consejos de higiene, tipo de calzado, ropa adecuada y autocuidados de los pies, fundamentalmente en los ejercicios con riesgo de desarrollar las lesiones del pié diabético, en especial en presencia de neuropatía, vasculopatías (problemas circulatorios), problemas de artrosis (prótesis de cadera, cojera, etc.) o cualquier alteración que implique mal apoyo de los pies.

- Saber autocontrolarse y evitar la frecuente sobrealimentación posterior a la práctica de ejercicio físico

EFECTOS DEL EJERCICIO FÍSICO SOBRE LA DIABETES

El Ejercicio Físico debe ser contemplado como un pilar fundamental en el tratamiento de la diabetes. Esta afirmación, que es conocida por todos (aunque no siempre se le dé la importancia que merece, y se ponga todo el empeño necesario para su realización), se basa en los muchos efectos beneficiosos que el Ejercicio Físico tiene sobre todas las personas, y, por supuesto, también sobre la persona con diabetes, pudiendo asegurar que sobre ésta, los beneficios son todavía mayores.

Durante la primera fase del ejercicio físico, aproximadamente los primeros veinte minutos, la energía necesaria se obtiene del consumo de glucógeno muscular. Este consumo no depende de la insulina, ya que el glucógeno muscular está depositado en el interior de la célula, por lo que tampoco se producirá un descenso de la glucemia.

A partir de los 20 minutos, aproximadamente, y tras el consumo del glucógeno muscular, comienza la utilización de glucosa sanguínea como fuente de energía. Es entonces cuando comienza a descender la glucemia, empezando a segregarse glucagón, que produce la movilización y transformación del glucógeno hepático, con lo cual se produce una reposición de la glucosa por el hígado.transferencia de energia del higado al musculo

Conforme el ejercicio se prolonga en el tiempo, o aumenta en intensidad, comienza la utilización de la grasa como fuente de energía; uso que es mucho más intenso a partir de la segunda hora de ejercicio físico (aunque este plazo es menor cuanto más intenso es el ejercicio) pudiendo dar lugar a posible hiperglucemia, e incluso a cetosis (aparición de cuerpos cetónicos).

Una vez finalizado el ejercicio físico tiene lugar la reposición de las reservas de glucógeno consumidas (tanto hepático como muscular), por lo que continua la demanda de glucosa en toda esta fase de recuperación. Fase que puede durar varias horas.

Durante el ejercicio, en la persona sin diabetes, la secreción de insulina es baja y la de glucagón está aumentada, a fin de evitar la aparición de hipoglucemias. En el diabético, la cantidad de insulina no se modifica, la sensibilidad de la célula muscular a la captación de glucosa está aumentada y el músculo recibe de 3 a 4 veces más glucosa, siendo este efecto prolongado, por lo que se pueden presentar hipoglucemias hasta varias horas después de la realización de un ejercicio físico.

Estos efectos sobre la glucemia que tienen lugar en la persona sin diabetes no siempre suceden de la misma manera en los diabéticos, aunque será preciso diferenciar si el diabético está o no bien controlado, y si el ejercicio es imprevisto o se realiza de manera habitual (entrenamiento).


Efecto del ejercicio físico agudo en diabéticos bien controlados

Cuando el control de la diabetes es bueno significa que existen niveles suficientes de insulina. Si es así, el músculo capta glucosa de la circulación, los ácidos grasos libres y los cuerpos cetónicos aumentan discretamente, como en las personas no diabéticas, y el glucagón y las demás hormonas de contrarregulación se mantienen más o menos normales. El resultado final es una progresiva disminución de la glucosa sanguínea.


Efecto del ejercicio agudo en los diabéticos mal controlados

Cuando la glucemia es excesivamente alta y existen cantidades significativas de cuerpos cetónicos como consecuencia de concentraciones bajas de insulina, la actividad física aguda tiene efectos diferentes del caso anterior. En estas circunstancias, los cuerpos cetónicos y los ácidos grasos libres aumentan rápidamente en la circulación, las hormonas de contrarregulación (glucagón y catecolaminas) se incrementan igualmente, el hígado acelera la transformación de glucógeno hepático en glucosa, y el músculo no es capaz de captar la glucosa de la circulación para su consumo. La consecuencia final es que la glucemia no sólo no desciende, sino que incluso aumenta mucho, y puede aparecer acetona.


Influencia de la actividad física sobre la insulina

Por lo que se acaba de exponer, es evidente que los diabéticos compensados van a consumir cantidades importantes de glucosa durante el ejercicio y, si se están inyectando habitualmente insulina, deberán tomar las precauciones adecuadas para evitar la hipoglucemia. Estas precauciones se resumen en disminuir la dosis de insulina, o aumentar la ingesta de hidratos de carbono durante el ejercicio físico, o ambas cosas. Responder de una manera precisa en relación a cuántos hidratos de carbono deben tomarse de forma suplementaria, o bien cuanta insulina hay que reducir es muy difícil de cuantificar aquí porque depende de varios factores, entre ellos la glucemia inicial, el entrenamiento, la duración e intensidad del ejercicio y el estrés durante el mismo.

Lo que sí es conocido y es necesario tener en cuenta, es que la inyección de insulina previa a un ejercicio físico debe realizarse en una zona que no va a ser ejercitada intensamente, para evitar un incremento en la rapidez de su absorción debido al aumento de la circulación en la zona ejercitada, y así disminuir el riesgo de la hipoglucemia.

De cualquier forma esta recomendación únicamente tiene razón de ser cuando el ejercicio se realiza inmediatamente después de la inyección. El ejercicio no afecta a la absorción de la insulina rápida cuando han transcurrido 30-40 minutos después de la inyección, y tampoco afecta a la insulina intermedia (NPH) transcurridas 2-2,5 horas desde la inyección.

Efecto del entrenamiento sobre el metabolismo de la glucosa

Desde hace años se sabe que personas no diabéticas entrenadas tienen una secreción de insulina que es netamente inferior a la de los individuos no entrenados. Este hecho traduce un importante aumento de la sensibilidad de los tejidos a la insulina como consecuencia de un incremento significativo en el número de los receptores a la insulina, por lo que con menos cantidad de ella se obtiene el mismo efecto.

Más tarde se comprobó que personas obesas no diabéticas, cuando eran sometidas a un proceso de entrenamiento (realización de ejercicio físico de forma regular, constante y continuada) también mostraban un aumento de la sensibilidad a la insulina segregada por su páncreas.

Estos mismos fenómenos se producen en las personas con diabetes; así, en adultos con cifras de hiperglucemia moderada se ha podido comprobar que la instauración de un programa de ejercicio físico produce una espectacular mejoría en su tolerancia a la glucosa, con normalización de su glucemia.

Además de estos efectos, la realización de ejercicio físico de manera habitual (entrenamiento) modifica la capacidad de utilizar la energía en el músculo, estando incrementada de forma significativa la captación de glucosa por éste, de manera que el músculo es capaz de captar hasta 3-4 veces más glucosa sanguínea.

Todos estos datos permiten asegurar que la realización de ejercicio físico de forma habitual y constante es muy importante en la diabetes tipo 1, y que es algo fundamental en la tipo 2.

(Fuente: José Antonio Saz Franco. Asesor médico de Adezaragoza).

EL EJERCICIO FÍSICO PROPORCIONA SALUD


El ejercicio físico, practicado de forma regular, proporciona un buen estado de salud y su efecto beneficia a todos los sistemas corporales, no sólo al corazón y los músculos sino también a los huesos, los intestinos y el cerebro. El ejercicio intensifica, así mismo el bienestar emocional, evita que se gane peso y la obesidad, al tiempo que reduce el riesgo de contraer en el futuro enfermedades cardiovasculares degenerativas, como la osteoporosis.

El cuerpo humano sin duda de adapta mejor al movimiento que a la inactividad. Actualmente, los expertos en fisiología dan por sentado que el debilitamiento del cuerpo, propio del envejecimiento y considerado exterior e inevitable, se debe en gran medida a que, con el paso de los años, la mayoría de las personas olvida ejercitar el cuerpo, que termina por anquilosarse. Más del 40 por ciento de hombres y más del 80 por ciento de mujeres entre los cuarenta y los cincuenta años pasan la mayor parte del día sentados. Mantenerse en forma practicando ejercicio físico regular en muy beneficioso para el cuerpo ya que ayuda a prevenir los numerosos problemas de salud que derivan de la inactividad.

EL EFECTO DEL EJERCICIO FÍSICO EN EL CUERPO

La préctica de un ejercicio regular y vigoroso tiene profundas consecuencias en el cuerpo. El ejercicio mejora la circulación, fortalece el corazón, los pulmones y la musculatura, reduce las grasas corporales, desarrolla los huesos, mejora la eficiencia intestinal y regula las hormonas del sistema endocrino, al tiempo que aumenta la eficacia del cerebro y ejerce un efecto positivo en la mente y las emociones. Además, quienes lo practican conservan una complexión joven, así como una coordinación y un equilibrio buenos. El ejercicio ayuda, así mismo, a reducir el riesgo de padecer invalidez y lesiones fortuitasen una edad avanzada.

El corazón y los vasos sanguíneos

La práctica de un ejercicio físico aeróbico modifica el ritmo cardíaco, que pasa de una media, en reposo, de 60 o 70 pulsaciones por minuto (ppm) a 180 o 200 ppm. Se ha observado que el corazón de una persona que practica un ejercicio físico aeróbico regularmente bombea, tanto en reposo como en pleno ejercicio, una mayor cantidad de sangre al cuerpo, porque el ventrículo izquierdo del corazón se ensancha, disminuyendo el esfuerzo que realiza y evitando que se acelere. El ejercicio aeróbico ensancha así mismo el diámetro de las arterias y mejora el aporte de oxígeno al músculo cardíaco, reduce la presión a la que se le somete y ayuda a que trabaje de un modo más eficiente. El ritmo cardíaco de una persona aeróbicamente en forma es más lento que el de una persona que no lo está, y ello no sólo mientras dura el ejercicio sino también en reposo.

El ejercicio aeróbico aumenta así mismo la cantidad de vasos capilares presentes en los músculos, de modo que el corazón puede distribuir una mayor cantidad de sangre a los músculos activos. Este tipo de ejercicio reduce la hipertensión y los niveles altos de colesterol, factores ambos considerados de riesgo en las enfermedades cardiovasculares. Las personas activas tienen un 50 por ciento menos de posibilidades que las que llevan una vida sedentaria de padecer un infarto, y un 30 por ciento menos de padecer una embolia. El ejercicio físico ayuda también a normalizar los niveles de azúcar en la sangre y a aumentar la tolerancia a la glucosa, lo cual permite reducir el riesgo de contraer diabetes.

Los pulmones
Si bien el ejercicio anaeróbico no modifica el tamaño de los pulmones, sí maximiza la capacidad respiratoria natural del cuerpo, pues mejora el rendimiento de los músculos que intervienen en la respiración e intensifica la eficiencia respiratoria, de forma que son necesarias menos respiraciones para transportar el mismo volumen de aire. El hecho de respirar de un modo más lento y profundo es mucho más eficiente porque permite que casi todo el aire inspirado en cada movimiento respiratorio llegue a la parte de los pulmones donde se efectúa el intercambio de oxígeno y monóxido de carbono. Los especialistas piensan que el ejercicio físico, al mejorar la eficiencia pulmonar, contribuye a favorecer la longevidad (los animales, por ejemplo, con un ritmo respiratorio más lento viven más tiempo que los que tienen un ritmo más rápido). En este sentido, actualmente se estimula a las personas que padecen asma para que hagan regularmente ejercicio físico. Quienes no utilizan toda su capacidad pulmonar acaban finalmente por descubrir que ésta, cuando intentan hacer ejercicio físico, ha disminuido.

Los músculos. El ejercicio muscular hace que los músculos se adapten a satisfacer las exigencias que se les plantean. En las fibras musculares esto supone un cambio físico real, que se produce en los días que separan una sesión de ejercicio físico de otra. Cuanto más ejercicio se hace, más eficientes son los músculos que realizan ña carga de trabajo asignada. Este fenómeno se ha denominado -efecto entrenamiento-. El -efecto entrenamiento- redunda en eun aumento del tamaño de las diferentes fibras musculares que intervienen. El entrenamiento aeróbico, por ejemplo (en el que se queman las grasas para obtener energía), aumenta la capacidad de las fibras de contracción lenta, es decir, de aquellas fibras eficientes en el uso que hacen del oxígeno. El entrenamiento anaeróbico (que quema principalmente glucógeno para obtener energía) aumenta las capacidades de las fibras de contracción rápida, es decir, de aquellas fibras que utilizan el glucógeno muscular para breves pero intensas contracciones.


EL EJRCICIO FÍSICO REVIERTE LOS PROBLEMAS CARDIACOS

Expertos informaron que la actividad física diaria ayudaría a revertir algunos de los efectos de ese mal, ya que aumenta el crecimiento de las nuevas células musculares y los vasos sanguíneos.



La insuficiencia cardíaca congestiva es una condición crónica en la cual el corazón no logra bombear correctamente la sangre al resto de los órganos del cuerpo. La enfermedad puede producirse por varios motivos, entre ellos bloqueo arterial, ataque cardíaco e hipertensión.

Las personas con insuficiencia cardíaca suelen tener problemas para hacer ejercicio, pero el esfuerzo valdría la pena, según dijeron los investigadores en una reunión de la Asociación Norteamericana del Corazón realizada en Orlando, Florida.

“Si tiene insuficiencia cardíaca, el entrenamiento físico puede mejorar su estado de salud, incrementar su capacidad de ejercitar y revertir los patrones de daño muscular comunes en la insuficiencia cardíaca”, señaló en un comunicado el doctor Axel Linke, de la Universidad de Leipzig en Alemania.

Linke observó los efectos de la actividad física en la insuficiencia cardíaca en dos estudios diferentes. En uno, su equipo evaluó si el entrenamiento físico podía activar las células progenitoras o células madre, un tipo celular inmaduro que genera las células necesarias para la reparación muscular.

El estudio incluyó a 50 hombres con insuficiencia cardíaca moderada a severa, quienes tenían alrededor de la mitad de la cantidad normal de células progenitoras en sus músculos. La mitad de los pacientes ejercitaron en una bicicleta fija un total de 30 minutos diarios, mientras el resto permaneció relativamente inactivo.

Luego de seis meses, el grupo sin actividad no registró aumento en la cantidad de células madre, a diferencia de la cohorte en actividad, que tuvo un 166 por ciento de incremento. Los investigadores también hallaron seis veces de aumento en la formación de células de reparación muscular.

“Con ejercicio, el número de células progenitoras llegó casi al normal”, dijo Linke. Las personas en el grupo de actividad física pudieron ejercitar un 20 por ciento más y además se sintieron mejor, agregó el autor. Linke observó efectos similares en un pequeño estudio sobre células madre que creaban vasos sanguíneos. Los hombres que participaron en un programa de 12 semanas de ejercicio registraron una mejora del 47 por ciento en la cantidad de células progenitoras que circulaban en su sangre.

En tanto, los participantes de este segundo estudio tuvieron un 199 por ciento de aumento en el número de células madre que maduraron a células endoteliales, las cuales conforman la cubierta interna de los vasos sanguíneos. (Fuente: Reuters).


EL 38,4 % DE LOS ESPAÑOLES REALIZA EJERCICIO FÍSICO

Un estudio elaborado por Havas Sport, “Estudio sobre la salud físico deportiva de los españoles”, y presentado el 6 de noviembre en Madrid, refleja que el 38,4 por ciento de los españoles realiza algún tipo de actividad física.

Este trabajo, con el título de “Estudio sobre la salud físicodeportiva de los españoles”, fue presentado hoy día 6 de Noviembre en Madrid en un acto presidido por el secretario de Estado para elDeporte, Jaime Lissavetzky, el consejero de Deportes de la Comunidad deMadrid, Alberto López Viejo, y Juan Antonio Samaranch, presidente de honor de Sport Cultura, una asociación sin ánimo de lucro creada en 2004 y como iniciativa privada de un grupo de clubes deportivos y culturales.

Basado en un trabajo previo, más exhaustivo y desarrollado en 2005 por el CSD, con 8.500 encuestados, este nuevo estudio (con sólo1.100 entrevistados mayores de edad y por teléfono) analiza los hábitos deportivos de los españoles y concluye, en líneas generales, que en España existe un “buen nivel de práctica deportiva”.

La novedad más destacable de la propuesta de Sport Cultura reside en el término Índice de Salud Físico-Deportiva (ISFD),construido a partir de nueve variables, tales como la frecuencia,hábitos, tipo de actividad, licencias federativas o chequeos médicos.

Este índice (ISDF) ha determinado diferencias o similitudes por Comunidades Autónomas, para establecer así diversas clasificacioneso ránking en función de cada materia analizada.

Según ello, el estudio establece que el ISDF está “directamente relacionado” con la aparición de figuras deportivas, que Cataluña y Madrid están a la cabeza en cuanto a éxitos deportivos; que la salud física está muy relacionada con el nivel de renta, puesto que las Comunidades Autónomas con mayores ingresos presentan un mayor ISDF,o que La Rioja es en donde más actividad física se registra en España (casi el 50 por ciento).

Sobre otros parámetros, el trabajo revela que los hombrespractican más deporte que las mujeres, aunque éstas son más constantes,y que la frecuencia semanal de las personas que declaran realizarejercicio físico es de 3,4 días de media.

No obstante, la práctica del deporte, la frecuencia y loshábitos deportivos sitúa en los primeros lugares, y según el estudio, aBaleares, Navarra, Cataluña y Cantabria, mientras que Galicia,Andalucía y Extremadura figuran en los últimos puestos.

Samaranch, quien aseguró que pedalea en una bicicleta estáticaa diario, apuntó la importancia del deporte de alta competición como“reclamo de masas para practicar deporte.

“El deporte de alta competición en España está mejor que nunca.

Esto es un excelente augurio para los próximos Juegos dePekín, en donde estoy convenido de que se superará el numero demedallas con respecto a los anteriores Juegos”, señaló Samaranch.

Lissavetzky, en su breve alocución, destacó el papel relevantede este tipo de estudios por su contribución a la salud pública y alconocimiento de la actividad física y deportiva en nuestro país. (Fuente: EFE)

UNA VEZ MÁS. NUEVA MUERTE EN EL FÚTBOL

Un muerto en una refriega entre hinchas del Lazio y la Juventus (Calcio, Italia).



Un aficionado italiano murió esta mañana (domingo, 11 de noviembre de 2007) en un enfrentamiento entre seguidores del Lazio y de la Juventus tras recibir un disparo por parte de un policía que intentaba disolver la pelea, que se había formado en un área de descanso de una autopista cercana a la localidad italiana de Arezzo, de la Toscana.

BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DE EDUCACIÓN FÍSICA

BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA DE ACTIVIDAD FÍSICA

Actualmente, en nuestra sociedad existe una mayor conciencia de lo importante que es la práctica regular de la actividad física, que en conjunto con buenos hábitos alimentarios, puede ayudar a evitar o retardar la manifestación de enfermedades cardiovasculares, Diabetes Mellitus tipo 2, osteoporosis, cáncer de colon y todas las complicaciones de salud asociadas al sobrepeso y la obesidad.


Sin embargo, los beneficios que tiene la actividad física van mucho más allá de la prevención de enfermedades.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un estilo de vida activo también mejora el estado de ánimo, estimula la agilidad mental, alivia la depresión y facilita el tratamiento del estrés. A largo plazo, eleva además el nivel de autoestima y aumenta la integración e interacción social.


Hay quienes piensan que para lograr estos efectos positivos es necesario internarse en un gimnasio, pero la actividad física no tiene para qué ser ardua para resultar beneficiosa. De hecho, la OMS sostiene que en un adulto promedio con vida sedentaria, 30 minutos de actividad moderada diaria son suficientes para obtener resultados favorables. Incluso, esos mismos 30 minutos pueden acumularse durante el transcurso del día, en episodios pequeños de ejercicio.


La actividad física mejora nuestra salud y calidad de vida, aportando una serie de beneficios a nivel físico, psíquico y social. Todos los movimientos que forman parte de nuestra rutina cotidiana -trabajo, recreación, ejercicio y deportes- pueden ayudarnos a tener una vida más saludable.



En conclusión, los beneficios de mantener una vida activa pueden resumirse en los siguientes puntos:





A nivel físico:


Aumenta la resistencia del organismo

Elimina grasas y previene la obesidad

Previene las enfermedades coronarias

Disminuye la frecuencia cardiaca en reposo

Combate la osteoporosis

Mejora la eficacia de los músculos respiratorios

Mejora el desarrollo muscular

Mejora el rendimiento físico general

Regula el estreñimiento


A nivel psíquico:


Posee efectos tranquilizantes y antidepresivos

Mejora los reflejos y la coordinación

Elimina el estrés

Aporta sensación de bienestar, derivada de la secreción de endorfinas

Previene el insomnio y regula el sueño




A nivel socio-afectivo:
Enseña a aceptar y asumir derrotas

Favorece y mejora la autoestima

Mejora la imagen corporal

Enseña a asumir responsabilidades y aceptar normas


Fuente:http://www.alemana.com/bys/afi/afi002.html



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